Filtros degradados en paisaje

Filtros degradados en paisaje

Cuando observamos un paisaje nuestro ojo se va adaptando a la luminosidad del lugar concreto al que miramos. Sin embargo cuando fotografiamos ese mismo paisaje con una cámara los valores de exposición son los mismos para las zonas luminosas y oscuras de la escena. El filtro degradado de densidad neutra es un filtro que tiene una parte oscurecida para reducir la cantidad de luz que pasa al sensor, de tal modo que si lo colocamos adecuadamente para que cubra las zonas luminosas del paisaje que queremos fotografiar, conseguiremos equilibrar la exposición entre las zonas claras y las oscuras de la escena.

Como se puede observar en el esquema anterior la aplicación de estos filtros no entraña una gran complicación, requieren cierta técnica, pero el concepto es muy sencillo. Para conocer un poco mejor cómo funcionan estos filtros vamos a hacer un pequeño análisis a través de su de su nombre:

– Degradado: hace referencia a la transición, el filtro cuenta con dos zonas, una transparente y otra que bloquea luz. La transición entre ambas zonas es gradual.

– Densidad: se refiere a la capacidad de bloquear luz de la zona oscura del filtro. No todos los filtros tienen la misma densidad, lo veremos a continuación en los tipos.

– Neutra: hace referencia a que la cualidad del filtro es bloquear la cantidad de luz que pasa sin que se debieran alterar sus características cromáticas.

Tipos de filtros…

El verdadero sentido de haber hecho un análisis de su nombre es poder hablar de una forma más clara y sencilla de los tipos de filtros degradados que podemos encontrarnos en el mercado. Las tres palabras de su nombre son las variables que nos dan la gran variedad que existe, según el tipo de degradado, la densidad o la neutralidad podemos encontrar los siguientes:

Densidades

La cantidad de luz que bloquea el filtro se mide en pasos. Lo más corriente es encontrarlos entre 1 y 3 pasos, aunque hay modelos de más de tres o de 1,5 pero son menos frecuentes. Esta cualidad viene indicada en función del fabricante o de la región en la que nos encontremos con una combinación de letras o números. Aunque podemos recurrir a la tabla de equivalencia de los filtros de densidad neutra en general, esta sería una tabla aplicada a los degradados:

Todos estos números nos pueden resultar complicados pero es tan sencillo cómo entenderlos en función de las marcas. Hoya, B+W y Cokin utilizan la fracción de luz transmitida en función de la imagen completa para numerar sus filtros de tal modo que los encontraremos como ND2 para el de un paso, ND8 para el de tres, ND16 para el de cuatro… Sin embargo, fabricantes como Lee o Tiffen recurren a la densidad óptica para numerar sus filtros de tal modo que un 0.3 sería el de un paso y un 0.9 el de tres.

Graduaciones

La transición entre la zona oscurecida y la clara no siempre es igual en los filtros degradados. Lo más común es que el paso entre ambas zonas sea un cambio gradual para que en la fotografía sea lo menos perceptible posible, pero hay situaciones en los que la escena nos va a requerir otras opciones. En el caso en el que nos encontremos ante una escena en la que la zona oscura y la clara están diferenciadas claramente: un horizonte marino, necesitaremos un filtro en el que la transición sea brusca. Hay que tener en cuenta que en el mercado es muy probable que encontremos la graduación en inglés de tal modo que un Soft edge es transición suave y Hard edge transición dura.

Además de las mencionadas hay otras transiciones menos frecuentes. Situaciones concretas de luminosidad pueden requerir filtros con degradaciones concretas, ese es el caso del filtro inverso. Este filtro consiste en una transición dura que se degrada hacia la parte superior y que resulta muy útil cuando la luminosidad se concentra sobre el horizonte, por ejemplo, el sol poniéndose sobre el mar. Otra graduación poco frecuente son los filtros «blended» la graduación de estos filtros comienza en la parte superior y termina en la inferior, en lugar de a la mitad del filtro como los degradados convencionales.

Neutralidad

Aunque la teoría indica que las cualidades tonales de la luz que atraviesa la zona oscurecida del filtro no son modificadas, la práctica es muy distinta. Los filtros, en función del fabricante y la calidad de la resina o el vidrio, aplican unas dominantes tonales a la luz que atraviesa la zona oscurecida. Hay muy pocos filtros que se acerquen a la neutralidad tonal y los que lo hacen suelen tener un precio muy elevado. Las dominantes podemos englobarlas en tres tipos: magenta, cian (que pueden oscilar entre azules y verdes) y cálidas:

Cuando la dominante puede aportarnos creatividad existen filtros degradados de color. Se usan muy poco, por una parte perdemos toda la información de color, y por otra porque el aspecto visual de la imagen puede resultar repetitivo y muy evidente. Consiste en un filtro en el que la zona oscura, en lugar de ser neutra, es de un color concreto: azul para resaltar el color del cielo, naranja para atardeceres…

Evolución de su utilización…

Los filtros degradados comenzaron a utilizarse hace ya más de un siglo y desde entonces su uso ha ido variando a lo largo del tiempo: la finalidad con la que se crearon fue compensar la exposición para conseguir un equilibrio en la luminosidad de la escena, este uso derivó en una tendencia estilística que consistía en acentuar el efecto del filtro llegando a subexponer la zona luminosa y sobrexponer la oscura. Finalmente, con la llegada de la fotografía digital, el uso de los filtros degradados experimentaron un nuevo impulso: los sensores de las nuevas cámaras digitales no conseguían alcanzar el rango dinámico de la película, esto hacía complicado exponer algunas escenas que en analógico no entrañaban ninguna complicación.

Hoy en día, el rango dinámico de los ficheros RAW de las cámaras de gama media-alta tiene un rango que exige el uso de filtros degradados sólo para compensar exposiciones en situaciones de contraste lumínico extremo, e igualmente, las nuevas herramientas de procesado hace posible prescindir del filtro degradado con el uso de técnicas de multiexposición.

Imagen de Jonatan Alonso.

A pesar de que la combinación de técnicas de captura y procesado puedan abarcar el rango dinámico existente en una escena, hoy en día, el uso de filtros degradados sigue estando muy extendido. Se utilizan para compensar la luminosidad en escenas en las que el sensor de la cámara de momento no es capaz de abarcar el rango dinámico, y decimos de momento porque los sensores de última generación que se están desarrollando están formados por fotodiodos que son capaces de dejar de captar luz en función de los ajustes de exposición introducidos para cada imagen.

Cinco motivos para usar filtros degradados…

Pudiendo ser sustituidos por técnicas de captura y procesado, con cámaras que tienden a superarse en lo que capacidad de captura de rango dinámico se refiere, hay argumentos para pensar que el uso de filtros va a ser cada vez menor, pero ¿qué nos lleva a seguir utilizando hoy en día los filtros degradados?

1. Una concepción purista de la fotografía evita el procesado de imágenes digitalmente; de tal modo que la imagen queda visualmente terminada al capturar, esto crea la necesidad de recurrir a filtros para compensar exposiciones.

2. La mayoría de concursos fotográficos de primer nivel cuentan con unas bases restrictivas con el uso de herramientas digitales y de edición de tal modo que aclarar/oscurecer ciertas partes de la escena sólo puede hacerse con filtros.

3. El hecho de previsualizar la imagen que estamos capturando del modo más fiel posible al resultado final nos permite realizar las correcciones que nuestro estilo fotográfico va a requerir en cada momento.

4. El tiempo requerido para aplicar un filtro degradado sobre el terreno es considerablemente menor al que necesitamos para realizar una captura y posterior procesado para emular el efecto con herramientas digitales.

5. La técnica que requiere aplicar filtros degradados sobre el terreno despierta nuestro ojo fotográfico y hace que nuestra visión fotográfica sea dinámica y por lo tanto nos permita llegar a resultados menos predecibles que un flujo de trabajo lineal de captura para procesado digital.

Imagen de Senén Medina.

Estas son cinco buenas razones para que todos los que fotografiamos paisaje llevemos en nuestra mochila un pequeño lote de filtros degradados.